ADAPTACIONES EN LOS SERES VIVOS

Cuando se produce una variación en su medio (como la erupción de un volcán o una sequía muy prolongada), los seres vivos deben adaptarse para sobrevivir. Y no siempre es fácil.

Los animales y las plantas tienen recursos muy variados: pueden cambiar de color para ocultarse de un depredador, o desarrollar garras y picos alargados para llegar a los recovecos de los nidos de insectos y poder comérselos.

Este tipo de adaptaciones es resultado de la evolución de la especie y se hereda de generación en generación. Charles Darwin formuló la teoría de la selección natural de las especies. Según su análisis, los ejemplares más fuertes y más capaces de adaptarse al medio son los que sobreviven el tiempo suficiente para reproducirse. Así, son ellos quienes legan sus genes a las generaciones futuras, que heredarán esta mejor adaptación y evolucionarán.

Pero los seres vivos no dependen sólo de su herencia genética para sobrevivir. Si damos de comer a los gatos callejeros durante varios días, enseguida empezarán a reunirse en ese lugar a la hora en que solemos alimentarlos y maullarán pidiendo más. Esta forma de aprender es también un mecanismo de adaptación.